miércoles, 7 de marzo de 2012

LA MAGIA DE UNA SONRISA

La Magia de una sonrisa: Mago trae su show a comunidades empobrecidas del continente
Agustín Villagra Calvo, más conocido como el Mago Zaki, a llegado a El Salvador, en una de las últimas paradas de los 13 países de Latinoamérica que incluyeron su itinerario, a fin de cumplimentar el proyecto La Magia de una Sonrisa, con el que ha hecho sonreír a cerca de 13 mil personas.
Susana Barrera
San Salvador, martes, 6 de marzo de 2012
Este mago de origen bilbaíno (España) y de 55 años de edad, ha llegado a la región convertido en El Mago Zaki, con el propósito de llevar su show de ilusiones a comunidades empobrecidas… “Me encanta hacer protagonistas a los niños y niñas, y me gusta muchísimo sacarlos y que estén al lado mío…Me gusta provocarlos, que un niño o una niña de las zonas pobres ría le viene muy bien, y luego guarda este recuerdo como algo bonito que le dura mucho tiempo”, confesó el artista a ALC.

Zaki, un hombre parcialmente ciego, antes de llegar a El Salvador, estuvo haciendo presentaciones en Guatemala y Perú y, luego de la escala aquí, tiene previsto visitar Colombia, Ecuador, Nicaragua, Honduras y República Dominicana, entre otros países. Su show es gratuito y busca alianzas con organizaciones locales en cada nación que visita y que tienen trabajo en comunidades pobres.

Villagra Calvo, quien carga con una infancia y una adolescencia muy duras, tomó nombre de un
personaje de las tiras cómicas de un antiguo periódico en el País Vasco. “El era un personaje que me hacía gracia, era cómico y político… pero creo que al público le da igual el nombre que te pongas, lo importante es cómo lo haces”, reflexiona Zaki al hacer alusión al tipo de magia solidaria, de mensaje positivo y a la vez humorístico, que ejerce.

“Hay un drama de pobreza que existe en todos los lugares a los que voy y lo que quiero es poner mi granito de arena para aliviar a esa gente, que sean momentos alegres, que olviden un instante la triste realidad en que viven…”, afirma el mago solidario.
Zaki tiene 25 años de practicar la magia solidaria. Auto nombrado “de Buena voluntad”, estuvo presentándose en templos, hogares de infantes, escuelas, barrios e, incluso, en un cementerio público de uno de los pueblos más ricos de El Salvador y que, paradójicamente, en este campo santo habita una comunidad en condición de pobreza.
Agregó que la magia como tal no existe, sino son juegos bien practicados y ensayados en los
cuales resulta importante el don de la palabra para llevar a cabo las dos cosas. Detalló que para cumplir este sueño debió vender sus pertenencias, alquilar su casa y recibir ayuda de amigos muy puntuales.
Lo que ganaré en este viaje es la risa de los niños y las niñas, el saber que mi proyecto,  La Magia de una Sonrisa, le llega a la gente. Me interesa difundir al mayor número de personas, sobre todo a las clases media y alta, que hay una realidad que no quieren ver y pueden cambiar… Si todos dieran un poquitín de lo que tienen, el mundo sería distinto…”, concluye el llamado mago de la solidaridad.

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