Hola amigos y amigas, yo se que soy un desastre escribiendo, no guardo ninguna lógica y salto de un tema a otro (no tengo esa virtud) también se que vosotras y vosotros me perdonáis.
Voy a hacer un pequeño balance de mi estancia en Guatemala, en general la vida es dura, tanto para el que tiene como para el que no. El que tiene, siempre esta con el miedo en el cuerpo, pensando en poner más medidas de protección en su casa, para protegerse él y su familia, el día de ocio lo pasan en lugares cerrados, con mucha vigilancia y cuando salen de compras, ya saben a que lugares (seguros) acudir, en las escuelas pudientes, en la entrada tienen guardas de seguridad, eso no es vida.
Por otro lado está el que no tiene, (la clase media) sus bienes son menos, pero están igual de amenazados, viven en urbanizaciones, con mucha seguridad, tienen poco ocio en la ciudad, sufren como los que más tienen, siempre pensando en sus hijos (donde están) y así viven o sobreviven diariamente, eso no es vida.
Cómo no, tenemos la clase pobre (demasiada gente), ya no queda sitio para admitir mas pobres, en Guatemala visité muchos asentamientos y aldeas, donde la pobreza es extrema, donde multinacionales (como la minería) está engañando al pueblo con regalos y promesas muy bonitas, eso sí, después, cuando exploten la zona y se vallan, dejarán mucha más miseria, los ríos contaminados, los acuíferos (también) dejaran a miles de personas sin algo tan elemental como es el AGUA, pero hay muchos casos más, el lago de Amatitlan se esta muriendo, la gente se asea allí, lava los platos y la ropa allí, pesca allí, bebe agua de allí, preparan los biberones con agua de allí, los desagües de muchas casas van allí, se bañan y juegan allí, las autoridades pasan de todo, no toman medidas para solucionar esto.
Otra de las cosas que me asombra, es lo poco cívicos que son (no se en que porcentaje) los y las Guatemaltecas, yo en los países que voy, viajo mucho, en la capital y periferia de Guatemala hay mucha gente recogiendo la basura que los conductores y conductoras tiran por la ventanilla, esas personas se encargan de recoger las botellas de plástico de los andenes, es exagerado. Hay demasiados asentamientos, donde predomina el color de hierro de los tejados y paredes, calles muy estrechas donde, en caso de emergencia, no entraría un vehículo. Muchas familias no tienen agua ni luz (algo tan básico para vivir) a los niños y niñas se les explota trabajando, mucha impuntualidad, irresponsabilidad, pasan de todo (mientras a ellos no les toque) la educación es muy baja, el gobierno no invierte en educación, demasiada violencia se respira, centros llenos de niñas violadas (muchas veces por personas de la misma familia).
Yo, dentro de mi proyecto LA MAGIA DE UNA SONRISA, me siento satisfecho de todos los lugares a los que acudí con mi magia y mis talleres, fueron 42 actuaciones, 10.652 niños y niñas (en general), también hubo adultos que vieron mis actuaciones, 11 talleres de magia, colaboré con 11 asociaciones y ongs, estuve en muchas zonas de la capital y en varias aldeas, conseguí arrancar miles de carcajadas, conseguí ilusionar a gente con enfermedades graves, logré que miles de niños y niñas olvidaran por unos momentos su dura infancia, darles algo bonito en lo que agarrarse, que vean QUE SI QUIEREN...... PUEDEN, que la sociedad no se transforma sola, que hay que acabar con tanta corrupción política, que no se puede permitir que unos mafiosos dobleguen todo un pueblo, ójala que las próxima generaciones den una lección a todos aquellos y aquellas que pudieron hacer más de lo que hicieron, Guatemala se lo merece, un saludo de Zaki Magoa desde Cartagena de Indias Colombia.